Querida señora Keaton,
Espero que cuando reciba esta carta se encuentre en buen estado de salud y que su corazón sea de hierro.
He de comunicarle dos noticias. La primera, y por la que me odiará toda su vida, seguro que la dejará conmocionada, si no lo ha hecho ya, pues a estas alturas debería haberle llegado. La segunda, le causará rabia y impotencia, pero para aligerarlas un poco, se me ha ocurrido una solución que le explicaré más adelante.
Verá, el viernes 13 de enero, tuve la gran oportunidad de asistir a la fiesta que se celebró con motivo de la presentación de su último libro. Déjeme que le diga, como admiradora incondicional suya que me considero, que esta última novela, igual que todas las anteriores, me encantó.
¡Sí, me colé! Mi nombre no estaba en la lista de invitados, pero gracias a ciertos contactos que una tiene, y que mantendré en el anonimato, conseguí la invitación de alguien que a última hora decidió cambiar de fiesta.
¡No me habría imaginado nunca que en persona fuera tan atractiva! ¡Qué manera de acaparar la atención de todos! Que don de palabra, que elegancia de movimientos, que porte …
Después de toda esta exhibición de fama, poder, inteligencia y belleza, tuve que salir a la terraza del hotel, a respirar aire fresco, para no terminar desmayada en medio de ramos de flores, copas de champán y aromas de perfumes insoportables.
¿Ha contemplado alguna vez Viena desde la terraza del Hotel Ritz Carlton? Quiero pensar que sí. A saber las noches que debe haber dormido en la suite del ático. Y su marido … ¿le ha comentado en alguna ocasión qué opina de esas vistas? Se lo pregunto, porqué fue a él a quien me encontré en la terraza huyendo de lo mismo que yo, pero con la excusa de encender un cigarrillo.
Señora Keaton, su marido me sedujo, y yo, me dejé hacer. Ya lo ve … ¡Quién iba a decirlo! Con veinticinco años recién cumplidos, traductora licenciada que sobrevive unos meses mejor que otros, aspirante a escritora, pero despertando pasiones en un hombre que podría llevar del brazo a cualquier otra belleza que no fuera usted.
En estos momentos debe de estar mordiéndose los labios, si no ha cogido ya el teléfono y está dudando en llamarle o no. En el fondo, no creo que él le haya dicho nada, no le veo con suficiente carácter para tomar una decisión como esta, aún estando harto de la rubia explosiva que tiene por esposa. Sí, me estoy refiriendo a usted.
Es posible que lo encuentre de mal gusto, pero no contarle los detalles de esta aventura, seria privarla de un buen argumento para su próxima novela.
Mientras usted estaba en aquel balneario de lujo, re-po-san-do y re-cu-pe-ran-do fuerzas, para empezar la gira de promoción y para mostrarse imponente delante de sus lectores y admiradores, Matthew y yo nos paseábamos por las calles de la ciudad, cogiditos de la mano como dos enamorados más, besuqueándonos bajo la lluvia y … no, no sufra, no hemos utilizado su cama. Vivo en un apartamento pequeño pero muy coquetón, con unas vistas que los clientes del Ritz envidiarían.
Julia, permítame que llegado este punto me dirija a usted por su nombre. ¿No le parece que ya hemos intimado lo suficiente, aunque haya sido gracias, o por culpa de su marido? Por cierto ¿cuánto tiempo hace que no se acuesta con él? Y no me refiero a compartir cama. Se lo pregunto, porqué la pasión y la lujuria con las que me ha poseído un noche tras otra, no me han parecido las de un hombre que … “se apareja” siempre que quiere. ¿Le gusta esta palabra o … hubiera preferido una más vulgar?
El caso es que no nos escondimos de nada ni de nadie y … ya se sabe, estar casado con una celebridad tiene el riesgo de ser reconocido en cualquier lugar.
No sé si Matt dice o no la verdad. Parece ser que le han amenazado con hacerle llegar a usted, algunas fotografías nuestras en situación … comprometedora. Sus admiradores la quieren con locura, o tal vez no. Quien sabe. Tal vez le tengan ganas. Tal vez no se trate de ningún admirador. Tal vez sea la excusa que necesita su marido para destapar este engaño en el que viven y … dejarla.
Ya estamos llegando a la parte final, pero antes me gustaría preguntarle algo.
¿Cómo la convencieron para que accediera a formar parte del taller de escritura de la Universidad Paris Lodron de Salzburg? ¡Noooo! Ahora lo veo claro. La cosa no fue así. Fue usted quien por una necesidad de alimentar, una vez más, su ego, se ofreció. Ay Julia, Julia … El caso es que conseguí inscribirme, pero después de los últimos acontecimientos no puedo asistir. Al menos, no a sus clases. No, no es que me asuste que pueda reconocerme, ya le he dicho que dudo de la existencia de alguna prueba que me relacione con su marido, y que demuestre su infidelidad.
Siento decírselo pero no sabría como mirarla y … en ocasiones, tengo impulsos descontrolados, y no querría que tuviera que verse involucrada, por no decir salpicada. ¡Que pena! Se imagina que dirían los titulares de todos los periódicos: “La famosa señora Keaton puesta en evidencia por una desconocida, al desvelar la infidelidad de su marido”. No se preocupe, no le deseo nada malo. Ya le he dicho que sus novelas me gustan, aunque a partir de ahora, no sé qué pensaré cuando las lea.
Se me ha ocurrido la manera de que pueda liberarse de todo lo que siente ahora, y decírmelo. ¡No por favor, a la cara no! Me la imagino como una gata en celo, sacando las uñas, y quién sabe de qué sería capaz.
La invito a que me escriba una carta y me la mande a la dirección de correo electrónico que consta en la hoja de inscripción. Todos los datos son ficticios. No es necesario que se moleste en comprobarlos. Quería mantener el anonimato. Nunca se sabe donde puede llegar una con los años.
Julia, no se reprima y dígame lo que le apetezca. No se lo tendré en cuenta ni le guardaré rencor. Incluso puede que le responda.
No la entretengo más. Reciba un cordial saludo de una admiradora suya, y permítame que le de un consejo: intente seducir a su marido como lo hace con los personajes de sus novelas.
La desconocida
10 comentarios
Memorias de África es una de mis pelis favoritas así que ya desde el principio sabía que me encantaría. Me ha encantado este precioso y corto relato. Esperando ya el siguiente..
Hola Gema,
Muchísimas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado el relato.
He de confesarte que Memorias de África también es una de mis películas favoritas. Lo tiene todo! Ya me gustaría poder escribir algún día una historia tan maravillosa. De momento seguiré con mis relatos. Palabras como las tuyas son las que me animan a escribir.
Gracias por confiar en mi.
Un abrazo y hasta pronto!
Ole!!! Me ha gustado mucho, intrigante con ganas de saber que te diria ahora la sra Keaton.
Hola Ingrid,
Muchísimas gracias por el comentario! Me alero de que te haya gustado el relato.
Qué bien que te haya parecido intrigante y que te quedes con ganas de leer más. Tendré que preguntarle un día de estos a la señora Keaton, si le apetece o no, escribirle a su admiradora desconocida. Podría estar bien. Vamos a dejar que primero asimile la noticia! Jajaja.
Un abrazo muy grande y disfruta de la semana!
Me ha gustado mucho y también tengo curiosidad por leer la respuesta de la señora Keaton
Hola Joa,
Muchas gracias por tu comentario!
Me alegro de que te haya gustado y de que te sumes al grupo de los que quieren esa respuesta de la señora Keaton. Lo mejor de los comentarios es que puedo saber vuestra opinión y vuestros deseos. Me parece que tendré que complaceros y al mismo tiempo disfrutar de ese nuevo ejercicio de escritura.
Gracias, desde aquí, por todas las veces que me lees, por tu paciencia y por tu opinión 😉
Un abrazo muy grande «quellix»!
Esperando con ganas la respuesta de la señoa Keaton!!! Muy lindo el cuento, corto y conciso, como me gustan. Un beso Susana!!
Hola María,
Muchísimas gracias por tu comentario! Además de muy bonito, es el primero que llega desde Ushuaia. Qué emocionante tenerte por aquí!
Me alegro de que te haya gustado el relato corto y que sea de tu estilo.
Ya veo que tu también quieres que le demos a la Sra. Keaton la oportunidad de responder a la desconocida, así que … a ver qué podemos hacer de aquí al domingo, que es el día que publico de nuevo 😉
Un abrazo y un beso bien grande,
Nos leemos de aquí a nada María.
Me gustan los relatos cortos! Con ganas de saber mas sobre los protagonistas. Claro, mas que nada la respuesta de la señora Keaton. Enseguida me enganchó?
Küsse Ani
Meine liebe Ani,
¡Que ilusión tenerte por aquí!
Me alegro de que te gusten este tipo de relatos. Yo también quiero saber más sobre los protagonistas, jajaja.
No sé si ya has leído los dos, o solo la carta de la desconocida a la Sra. Keaton. El relato “Querida desconocida”, es la respuesta de Julia a la desconocida. Espero que también te guste.
Ya me contarás …
Sí, dicen que engancha. A mi también me “engancha” escribir la historia 😉
Küsse, Susi