No me gusta que etiqueten a las personas, que las clasifiquen por categorías como artículos en la estantería de un supermercado, por lo que han estudiado, por donde han trabajado, por como visten, por quienes son sus amigos… Podría seguir así, confeccionando una lista interminable, pero soy consciente de que si estás aquí es porque quieres saber algo de mí, algo que te ayude a conocerme un poco, algo con lo que identificarte y algo por lo que quedarte y seguir leyendo.
No puedo contártelo todo de una vez pero espero que lo que voy a decirte te guste.
Soy mujer, esposa y madre.
Tengo un compañero con el que emprendí un viaje en el 86, de eso hace ya unos cuantos años, y seguimos juntos viajando y compartiendo nuestro día a día; con esos momentos difíciles que tanto nos unen, y con aquellos tan maravillosos que nos gusta recordar. No me imagino mi vida de otra manera.
Soy madre de un chico de 20 años y de una chica de 15. Esta ha sido otra de nuestras aventuras para la que nadie nos preparó. Los hijos no dejan de sorprenderte ni de enseñarte. Tratar de transmitirles lo mejor de nosotros y proporcionales una mochila con algunos valores, con herramientas y con mucho amor, es y sigue siendo uno de nuestros mayores retos.
Tienes ante ti una mujer que ama la naturaleza en todas sus formas.
Nací en una gran ciudad pero siempre me han gustado las ciudades pequeñas y la vida de los pueblos, por eso vivo en uno.
Pasé los veranos de mi infancia en un entorno rural de los que dejan una huella imborrable. ¡Cuánto desearía que todo el mundo pudiera disfrutar de una experiencia como esa, aunque sólo fuera un verano! Aprendí de las estaciones viendo como maduraba la fruta en los árboles, cuándo había que recogerla y cuándo sembrar de nuevo el trigo. Disfruté de esas temporadas rodeada de ovejas, conejos, gallinas … Esperaba paciente y asombrada, frente al horno de leña, a que el panadero sacara la hogaza ya cocida que mi abuela me había encargado recoger.
Otro día te contaré más sobre todo esto.
Me encanta nadar, pasear, ir en bici, andar por la montaña, contemplar el mar…
Adoro a las personas.
Tengo debilidad por los faros y por las catedrales.
No podría vivir sin escribir, sin leer, sin viajar y sin beber café.
Tengo una masa gris muy activa, a veces creo que funcionamos por separado pues no llego a controlarla del todo. Es una trabajadora incansable y si disimulo y hago como si no la oyera, se rebela y me susurra al oído, sin detenerse, todas esas cosas que ordenadas o no, se muere por contarme. Y yo la escucho, porque para que tu también puedas oírla, primero tengo que hacerlo yo.
Siempre me ha gustado y me sigue gustando cualquier cosa que pudiera hacerse con las manos.
Disfruto creando, cosiendo, tricotando, ganchilleando, dibujando, pintando …
Me encanta bailar. Si te acercas a la ventana de la cocina de nuestra casa antes de las siete de la mañana, podrás oír la radio y ver cómo nos marcamos unos pasitos improvisados y divertidos antes de desayunar. Es “nuestro momento”.
Me gusta mucho contar cuentos. Esa expresión de sorpresa, curiosidad y asombro en la cara de un niño y su sonrisa después del final…
Soy muy simple y no tengo apego a las cosas materiales, así que ahorro cada euro que puedo para invertirlo en viajar. Es una pasión que me contagiaron mis padres y yo a mis hijos. Viajar hace a las personas diferentes. Viajar me hace sentir libre.
Si te dijera que soy ingeniera seguro que te sorprenderías, violonchelista dudarías, empresaria no me creerías, veterinaria apostarías, pastelera lo pensarías…
He estudiado, trabajado, he seguido estudiando, trabajando y ahora…
Trabajo, ganchilleo, paseo, pienso, leo y sobre todo escribo …
… si quieres que sea a ti a quien escriba puedes suscribirte a mi newsletter aquí.