Hola,
Hace días que lo escucho y lo leo en diversos medios de comunicación. Oyentes, seguidores y lectores comparten listas de cosas que se han propuesto hacer con la llegada del Año Nuevo.
No se si estarás de acuerdo en que a menudo empezamos el año con un sinfín de propósitos y objetivos. Algunos los retomamos del año anterior y otros son nuevos del todo.
¿Es bueno esto?
Sí, siempre que seamos realistas, y no convirtamos aquello que queremos alcanzar a lo largo de los 365 días que tenemos por delante, en una especie de lista de la compra de todo el mes.
¿Eres de los que haces listas o de los que no quieres oír hablar de ellas porque nunca consigues lo que te propones?
¡Ha llegado el momento de trabajar juntos y de hacerte reflexionar!
¿Qué te parece si primero, con la ayuda de algunos ejemplos, establecemos la diferencia entre tarea, propósito y objetivo, y después te explico la estrategia que yo utilizo para llevarlos a cabo?
¿Cuántas veces has abierto un armario y te has dicho que tienes que ordenarlo porque no hay manera de encontrar nada? Un cajón, el trastero … siempre hay cosas y sitios en los que poner orden.
Esto es una tarea, un trabajo que podemos hacer en un tiempo más o menos limitado. Podemos acabarla en un día, o distribuirla en los meses que queramos. Realizarla dependerá del tiempo que estemos dispuestos a dedicarla.
Ya lo ves, con un poco de ganas y algunos ratitos lo conseguirás. Si no es así, te lamentarás, seguirá habiendo desorden, pero no será el final.
En mi lista de tareas siempre hay dos cosas que hacer: ordenar y hacer limpieza.
Todo se puede ordenar: cajones, armarios, rincones, fotografías, libros, papeles … Y cuando digo hacer limpieza, no me refiero a coger la bayeta y ponerse a fregar, si no a desprenderse de aquello que ha dejado de tener utilidad: ropa, objetos, muebles, libros …
No es necesario llevarlos directamente al contenedor de la basura. Seguro que los hay en buen estado. Piensa en darles una segunda oportunidad. Son muchas las personas y los colectivos que te lo agradecerán.
“… Empieza siempre por lo que menos te guste, por lo que te resulte más duro, el resto será mucho más fácil”. Es mi sugerencia.
Dicen que propósito es sinónimo de objetivo. Eso dicen. Pero desde mi subjetividad, a la voluntad de hacer o dejar de hacer una cosa, le añadiría que esa voluntad no siempre depende exclusivamente de uno mismo.
El año pasado me hice los siguientes propósitos: reencontrarme con un amigo al que hace mucho tiempo que no veo, conocer en persona a dos chicas con las que comparto aficiones, pero cuyo único contacto es “online” y leer cada día un ratito.
Los dos primeros no los conseguí, el tercero sí.
La parte positiva, siempre la hay, es que he mantenido más contacto con todos ellos, y como hemos dado un paso adelante, he retomado los dos primeros propósitos.
Referente a la lectura, he encontrado el tiempo y el momento. Me gusta hacerlo por la noche, cuando está todo listo y el ritmo de la jornada ralentiza. Está claro que no devoro cien páginas de un tirón, pero he conseguido leer cada día y que sea un hábito del que disfruto.
Definiciones de objetivo he encontrado más de una, pero para mi, va más allá de todo lo anterior. No es suficiente tener tiempo y voluntad, hay que añadirle alguna cosita más.
Durante el 2016 alcancé varios de los objetivos que me había propuesto, entre ellos, publicar mi primer libro. Este año quiero darle continuidad, y antes que termine el 2017, publicar el segundo.
No es un objetivo fácil ni inmediato de conseguir, requiere tiempo y voluntad, pero también trabajo, sacrificio y mucha dedicación. Pero es el que quiero conseguir sí o sí, y estoy dispuesta a darlo todo para que así sea.
Te he hablado de tareas, propósitos y objetivos relacionados con un aspecto más personal, que también podrás trasladar a tu situación profesional, diferenciarlos y trabajar para conseguirlos.
¿Vamos a por el cómo hacerlo?
Estamos hablando de algo muy importante que te mantendrá ocupado todo el año, qué tal si empezamos por dedicarle un poco de tiempo. Busca un ratito, un lugar en el que te encuentres a gusto, establece una conexión contigo mismo y no te olvides de coger papel y lápiz!
Ahora ya estás preparado para escribir tu lista.
- No pasa nada si lo primero es un propósito del año anterior. Puede que este sea el año en que lo consigas. No importa lo que digan los demás.
- ¡No satures las listas con demasiadas cosas! ¡Siempre estás a tiempo de ir añadiendo!
- Ponlas en un lugares visibles. La agenda, un corcho en la pared, el calendario, post-its en el frigorífico … hazte un collage bonito! Cualquier lugar puede ser bueno.
- Establece un plazo para cada una de las cosas que quieras realizar y anótalo a continuación. El año tiene 365 días pero diciembre sólo tiene 31. No lo dejes todo para el final. ¡No lo conseguirás!
- Comparte tus propósitos, objetivos, intenciones … con otras personas. Te ayudará a que el compromiso contigo mismo sea mayor y siempre podrás tenerles al corriente de tus progresos. Hablar de ellos te hará sentir bien.
- ¡Celebra todo aquello que vayas consiguiendo! ¡Bórralo de la lista! Aprovecha la satisfacción que te proporcionará y transfórmala en energía para invertir en el siguiente propósito.
Antes de que pongas en práctica todo lo que hemos estado hablando, déjame que te diga que todos tenemos tareas, propósitos y objetivos diferentes. Está claro que si no fumas, dejar de fumar no será uno de tus propósitos. Si haces deporte regularmente, no te plantearás empezar con ello este año … podría continuar, verdad?
Sé honesto, original y escúchate a ti mismo cuando estés a punto de empezar tu lista. Todos somos auténticos, especiales y diferentes, incluso en lo que pretendemos.
No olvides que en ocasiones las cosas se tuercen pero no es el final. Recuerda lo que hablamos el otro día sobre los contratiempos.
Quiero confesarte un secreto, la primera frase que he escrito en mis listas y me gustaría que escribieras tu también: “Disfruta de los pequeños momentos que nos regala el día a día”!
Te espero en los comentarios para que me cuentes lo que más te apetezca. ¡Me encantará leerte!
Un abrazo,
Susana